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DUELO A CONTRACORRIENTE

Dalton Trumbo (Bryan Cranston) y Joy Mangano (Jennifer Lawrence) comparten en común el perseguir un objetivo en contra de la corriente de un sistema que los excluye, dependiendo de cada cruzada personal, el poder organizar y desenvolverse en sus respectivas vidas. Ambos sistemas son dos industrias culturales hegemónicas: la cinematográfica y la televisiva, lo que conlleva que la consecución exitosa de sus objetivos, suponga un logro significativo para sus marcos sociales. Joy se enfrenta a las raíces machistas de una corporación televisiva. Trumbo afronta una quimera que incluye la legitimación gubernamental que tenía McCarthy en su ‘caza de brujas’. Para mayor concreción hay que matizar que Trumbo no va contra el sistema, sino que el sistema lo ha excluido explícitamente a él y a algunos de sus compañeros de profesión. Pero una mayor diferencia resalta el carácter de las campañas emprendidas por ambos personajes: mientras Trumbo rema en contra del sistema para desarmarlo, Joy lo hace para ser aceptada dentro de él.


La lucha que llevan estos personajes, pone en riesgo la estabilidad de su familia, lo que hace que el entorno familiar sea asumido por ambos como parte del problema. En el caso de Trumbo, las consecuencias de la caza de brujas hacen que la estabilidad familiar peligre, pues debido a la baja remuneración en la clandestinidad trabaja sin descanso. Si bien su esposa e hija colaboran en la medida que pueden, los nervios lo llevan a fuertes discusiones con ambas, a despreciar el cumpleaños de su hija y a poner en peligro su matrimonio. En el caso de Joy, la familia ya se muestra plagada de conflictos internos desde el principio, por lo que la lucha de Joy es la única manera por la que parece que todo se solucionaría. Joy asume mejor que Trumbo, el hecho de que la solución pasa por conseguir la complicidad de su familia y saber organizar su desordenado hogar, para conseguir que le aporten algún beneficio o que al menos dejen de ser un obstáculo; en el sentido en que Joy los implica económicamente y hace que formen parte de su proyecto, dependiendo el resto de sus vidas del mismo. En el caso de fracasar, que sería no conseguir vender su fregona automática en inmensas cantidades, Joy acabará endeudada de por vida y resignada a vivir con una familia, que en todo momento la culpa de sus males.

Joy (David O. Russel, 2015) ©20th Century Fox

Las deudas no parecen ser la preocupación de Trumbo, si bien trabaja sin descanso para ponerse al día con los pagos, podría haber optado por el camino de Edward G Robinson y haber seguido en el sistema. El éxito que le supone al guionista ser reconocido en los títulos de crédito de Espartaco y Éxodo, es propiciado por él mismo, pero no eran una posibilidad inicial. La contienda de Trumbo con las majors tiene como objetivo inicial el poder hacer una gran película, pero sin tener claro cómo llegar a hacerlo y desempeñándose en su oficio sin descanso mientras tanto. En esa situación, la relación de Dalton Trumbo con su familia se va transformando, a lo largo de toda una década, desde la complicidad hacia el hastío. Por esto, el escenario que se plantea como posible fracaso de Trumbo, es aquel en el cual pierde a la familia que lo ha querido y apoyado.

Trumbo (Jay Roach, 2015) ©Bleeker Street Media Entertainment One FIlms Spain (distrib.)

Las familias llegan por momentos a complementar más a los obstáculos, que a los protagonistas, requiriendo un giro en la actitud de éstos. Joy lleva una vida de ama de casa, manteniendo a personas de su familia y también a gente con quien no tiene ya lazos afectivos, incluido su exmarido. Desde su madre hasta su nueva madrastra, pasando por su desconocida medio hermana que amenaza con arrebatarle el negocio, buscan seguir a su lado. La familia de Joy es situada como un obstáculo dramático inicial entre ella y sus objetivos, que son totalmente desconocidos: únicamente nos adelanta su abuela desde ultratumba, que su nieta está llamada para hacer algo hermoso y que hará mejor las vidas de los demás. El caos del hogar familiar impide a Joy organizarse para emprender sus proyectos. Cuando Joy consigue poner en marcha esa suerte de talento oculto, es cuando realmente funciona como mayor obstáculo su propia familia. Aunque sean un obstáculo en su objetivo, todos ellos buscan mantenerse cerca de Joy, como si esperasen que gracias a la molestia que ellos le suponen, Joy se hará lo suficientemente fuerte para tener éxito en su empresa.

Joy no es feliz con su vida y se lanza en busca de una aventura, una aventura económica, pero que es la persecución de un sueño al fin y al cabo. La fregona la ha creado solo a base de sus incontables años de experiencia como ama de casa. Es la cenicienta viviendo el sueño americano. Un cuento de hadas moderno adaptado a las leyes del consumismo y el mercado televisivo. Para entrar en la televisión Joy no se deja comprar íntegramente, pues cuando le exigen imposiciones como el tipo de vestimenta que debe llevar, ella decide no ceder y venderse tal como es. No asume las reglas del juego establecidas y esta la dirección en la que se enfrenta a este sistema industrial. Tiene que asumir que ella es la más indicada para vender su producto y al hacerlo, mantiene firmes las convicciones que muestra tener desde el principio del relato. Pero dentro de esa misma actitud, no deja de venderse a sí misma como producto televisivo novedoso, como ama de casa moderna con la cual ya no encajan los anticuados estereotipos que requieren ser actualizados, para que las espectadoras de casa a las que se dirige su fregona, se identifiquen con la situación para la cual su invento es útil. La alteración que supone su presencia en el canal, no es una alteración del sistema, pues el resto del canal sigue rigiéndose según sus propias normas, aunque su vía abra el camino a otras mujeres que quieran promover una imagen femenina diferente a la de los estereotipos televisivos.

Joy (David O. Russel, 2015) ©20th Century Fox

Hay algo rompedor en el personaje de Joy, pues desde pequeña deja claro que no quiere depender de casarse con un príncipe azul: no va a cumplir los códigos del cuento de hadas, pero no por ello va a renunciar a vivir uno. Joy no renuncia a ser “princesa”, sino que cambia el modo de conseguirlo. Se convierte en una princesa independiente del personaje masculino y que ha trabajado para ganarse su puesto, acomodándose así el rol de esta princesa de los códigos del régimen absolutista al capitalista. Son muchos los dirigentes que animan a la joven emprendedora a renunciar a su sueño, e incluso el propio Neil Walker (Bradley Cooper) le dice que trabaja “para impedir que gente como ella venda sus productos”, pero tras conseguir que cambie su opinión y que éste la acepte, el sistema sigue funcionando exactamente igual que antes de que ella hubiese entrado. Es cierto que los cambios que ha introducido cambian parte de los códigos internos de la empresa, como ayudar a ir diluyendo el estereotipo femenino, pero los tipos que siguen mandando, siguen impidiendo que entre “gente como ella”. No se produce un cambio de actitud en el sistema. Esta es una gran diferencia, pues el beneficio de Trumbo, a diferencia del de Joy, jamás podrá ser compartido con los que lo oprimen, solo podrá compartir su triunfo con quienes están de su lado en la lucha: Otto Preminger y Kirk Douglas, pero sobre todo su familia. El efecto conseguido por Trumbo sí produce un cambio de actitud en el sistema, que impedía que un ‘blacklisted’ figurara en título de crédito alguno.

Trumbo (Jay Roach, 2015)  ©Bleeker Street Media Entertainment One FIlms Spain (distrib.)

Ambas posturas tienen su puesta en valor, pero la consecución que cada uno realiza de su objetivo produce efectos contrastados. La acción de Joy refuerza la estructura del sistema, es una lucha a favor del mismo. Su intención es inmiscuirse para hacerse con un lugar que no tenía reservado, y que para alcanzarlo procede del modo en que lo hacen quienes ya están allí, eso sí, revolviendo y revolucionando algún despacho. Todas las facetas positivas del relato en que Joy aprende a definirse a sí misma y a tomar las riendas de su vida, van incluidas en ese american way of life. Por lo que las lecturas positivas no hacen sino camuflar lo que el sueño americano envuelve, que no es sino lo que Noam Chomsky denomina “círculo vicioso”: mientras los pobres sigan deseando vivir como los ricos, siguen ayudando a perpetuar el poder de aquellos. Y el hecho de que ocasionalmente se cuele una Joy Mangano, permite a la clase trabajadora seguir pensando que ser ricos y participar de ese sueño, sigue estando al alcance de su mano. Si no lo consiguen, es tal vez porque no se hayan esforzado ni hayan insistido lo suficiente.

Joy (David O. Russel, 2015) ©20th Century Fox

Sus peculiaridades los convierten en una cenicienta ‘mainstream’ y un guionista ‘underground’. Esta cenicienta abandona la carroza de calabaza y se suma al carro de la venta de teletienda, generando en este sistema industrial las modificaciones necesarias para poder ser incluida, consiguiendo que una parte del sector se adapte a ella y no al revés. Mientras que el guionista rema contra la corriente de todo un sistema, que está en funcionamiento para aplastar a gente como él, pero que si aunque sea solo él supera el obstáculo, será todo un triunfo para los trabajadores políticamente censurados. Trumbo combate usando sus ideales contra los del sistema, mientras que Joy lucha para reforzar los valores ya presentes en el ‘sueño americano’, la única modificación que persigue es que ella pase a formar parte del mismo. Joy busca que se le reconozca el valor que sus inventos tienen y poder vivir de ello, suponiéndole un ascenso de poder económico, algo a lo que Trumbo deja claro que renuncia cuando accede a trabajar para Frank King al mismo precio que un guionista de sus películas ‘basura’, ganando un permio de la academia por el camino. Joy busca una compensación económica por su trabajo, mientras Trumbo no solo busca (recuperar) un reconocimiento intelectual, pues su logro no se queda ahí: la inclusión de su nombre en los títulos de crédito supone además de la burla, una victoria sobre el sistema de una movilización ideológica generada para impedir el desarrollo de su actividad.

Trumbo (Jay Roach, 2015)  ©Bleeker Street Media Entertainment One FIlms Spain (distrib.) 





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