BIRDMAN

[Birdman or (The Unexpected Virtue of Ignorance), A. G. Iñárritu, 2014]

ALGUIEN VOLÓ SOBRE EL TEATRO DE BROADWAY

Fox Searchlight Pictures / New Regency Pictures, 2014.

"La obra cultural que en el pasado realizaban los dioses y las sagas épicas ahora la realizan los anuncios de detergente para lavadora y los personajes de cómic."

Roland Barthes

La cita de Roland Barthes, presente en el film, recoge el espíritu de lucha del protagonista, Riggan Thompson (Michael Keaton), al trabajar en su obra teatral, intentando reivindicar un valor cultural en horas bajas para nuestro tiempo. Este trabajo de Iñárritu recoge la puesta en marcha de dicha obra, recogiendo sus entresijos sin un solo corte hasta el estreno de la misma. La realización se resuelve en un complejísimo plano-secuencia de dos horas que nos sumerge entre los bastidores de la representación teatral, unificando digitalmente elipsis temporales, interacciones coreografiadas, escenas aceleradas, encuadres imposibles y efectos visuales y especiales, que juegan a dar el mismo trato tanto a la imaginación del protagonista como a su realidad.

¿Hasta qué punto es distinguible la vida ficticia de la real? No ya para los actores, sino para cualquier individuo, dada la ‘puesta en escena’ y exposición de sus características que generan hoy medios como las redes sociales. La relevante presencia de éstas en el film expone esa relación dicotómica entre teatralidad y realidad, que hace a la segunda desvanecerse y verse cuestionada, concretamente con Riggan Thompson, cuyas inseguridades e inquietudes están enfrentadas, y sitúan a lo demás personajes orbitando a su alrededor. Tal magnífica ejecución nos presenta una puesta en abismo de la interpretación, en la que los actores que interpretan a actores, juegan a entrar y salir de papeles o lo que es lo mismo, de identidades.

El constante movimiento de la cámara acentúa el agobio frenético, acompañado de los redobles de batería que sacuden el ambiente como el dolor de cabeza de una resaca matutina. Hay una dirección definida hacia generar incomodidad sobre todo aquello que intente permanecer estable. Nada está quieto y toda decisión, acción, plano… lleva a otro, a un ritmo interpretativo trepidante, que permite a los actores explayarse y lucirse en cada escena, llegando a abordar en una misma diferentes registros, tanto Keaton como un sugestivo Edward Norton.

La soga de Hitchcock, obra maestra y referente de los ‘plano-secuencia-película’, tenía limitaciones fruto de su tiempo, como los quince minutos máximos del rodaje ininterrumpido en celuloide y los cambios de rollo se camuflaban con escenificaciones y movimientos de cámara forzados. Los recursos digitales permiten a Birdman eludir esos problemas e imprimir un ritmo más dinámico y laberíntico. Pero… ¡cuidado!: sería un atrevimiento compararlas pretendiendo situar a Birdman por encima de La soga, en cualquier aspecto. Este matiz nos devuelve al dilema del protagonista, que lucha por devolver valores culturales perdidos a una sociedad y un tiempo en que la realidad se representa artificialmente y en los que la simulación de la realidad recibe mayor reconocimiento social que los valores artísticos. Hablamos de un tiempo en que la repercusión social llega a debatirse entre ser ‘trending toppic’ por aparecer semidesnudo en las calles de Browdway y la valoración personal de una crítica de prensa, que es la primera en abandonar la sala tras el estreno.

La conversación de Riggan con los críticos de prensa en su camerino, plantea el escenario de un tiempo en que llega a ser más relevante mencionar o desmentir si “te has inyectado semen de lechoncito para mantener joven la cara”, que saber quién fue y qué dijo Roland Barthes. Esa es la batalla que libra Birdman, su lucha persigue el reconocimiento superando la losa que su pasado le supone: quiere convertirse en alguien útil para la sociedad, en lugar de ser alguien conocido y aclamado sin criterio alguno. Lucha por alcanzar el valor social, por encima del comercial, ese que dominan los superhéroes de cómic y los anuncios de detergente.

Luis N. Sanguinet

ARTÍCULOS RELACIONADOS:

4 comentarios:

Israel "el estepario"14 de julio de 2015, 11:29
Parece que no la vendes como gran obra maestra del cine y yo lo agradezco.
Un punto que destaco es la conversación en el bar entre Riggan y la crítico teatral, que no es el más que suele mencionar, pero es muy importante pues le supone otro obstáculo a superar por ser quien es, reflejando la crueldad de un mundo salvaje habitado por bestias.
ResponderEliminar
Respuestas
Platón28 de julio de 2015, 18:38
Gracias por tu comentario! La verdad es que siendo un gran trabajo, dista de ser catalogado como obra maestra. La conversación con la crítico teatral es muy importante, si te fijas en la escena de la interpretación final, es la primera en abandonar corriendo la sala. Ese personaje iba con la crítica ya escrita en su mente antes de ver el trabajo y ni siquiera se da cuenta de lo que realmente ha visto (al igual que toda la sala en un primer momento), pues independientemente de que se haya dado cuenta o no (peor todavía, si se hubiera dado cuenta) lo único que le importa es salir corriendo para publicar su crítica.
ResponderEliminar
Respuestas
Suguru Kinniku19 de mayo de 2016, 1:47
Buen detalle ese último que comentas! Si quieres leer mi teoría sobre el final de la película lo puedes leer aquí, me interesa saber que piensas!
http://suguruk.blogspot.com.ar/2015/03/sobre-el-final-de-birdman-spoiler.html
ResponderEliminar
Respuestas