IN ANOTHER COUNTRY

(Hong Sang Soo, 2013)

ANNE Y SUS TRES CIRCUNSTANCIAS

Jeonwonsa Film, Golem Distribución, 2013.

La máxima de Ortega y Gasset (“Yo soy yo y mis circunstancias”) se extiende en el discurso emocional de las tres historias que componen En otro país (In Another Country), último largometraje de Hong Sang Soo y primer trabajo suyo en llegar a nuestras salas. Los tres desarrollos, creados por una joven escritora surcoreana para evadirse de sus problemas, están protagonizados por tres extranjeras llamadas Anne (interpretadas todas por Isabelle Huppert) que llegan a un hotel de Mohang, en el que vivirán la infidelidad desde diferentes puntos de vista.

Una persona, aquí personaje, es distinta en cada momento según las circunstancias en que se encuentra. Todas las Anne buscan refugio, sin saber hacia dónde van sus vidas, pero cada una huye por diferentes motivos. Por esta causa responden de distinta manera ante las mismas situaciones. Cuando se les insinúan su amigo casado o el gracioso socorrista, sus distintas decisiones marcadas por sus estados de ánimo, tienen diversos resultados.

Los escenarios que se repiten en cada historia muestran a través de diferentes interacciones, las variantes en las personalidades de las tres protagonistas. Así por ejemplo, cuando éstas llegan la bifurcación dónde han de elegir qué camino tomar, la primera es comedida en sus decisiones, la segunda se muestra agobiada ante las elecciones que se le presentan y la última, ensimismada en una botella de alcohol, no se percata de las decisiones que debe tomar. Con detalles como éste y otros como la búsqueda del faro o el encuentro con el socortista, que se repiten, se representa la variación de carácter en las diversas personalidades que adquiere Anne; mientras que para acentuar dichas diferencias, el resto de personajes que también reaparecen, no se muestran tan distintos de una historia a otra. Se encuentran en las mismas circunstancias, pero experimentan diferentes situaciones puntuales al interactuar con las distintas Anne, lo que les lleva a encontrar distintos límites en sus intenciones.

La premisa de situar a la protagonista en un mismo escenario, donde se cambian los elementos para conseguir distintos resultados emocionales, recuerda la obra de Woody Allen Melinda y Melinda. El director neoyorquino exponía a través de dos guionistas, su intención de mostrar que la vida puede ser vista como una comedia o como una tragedia, según se adopte la perspectiva de que el cine sea una fuente de la que extraer entretenimiento, o preocupaciones. Pero Sang Soo no es tan explícito en su reflexión: deja al espectador interpretar el mapa de emociones, a la vez que se entrelazan los caminos sentimentales de los personajes, mientras resuena a través de los tres papeles protagónicos el eco de la escritora, que antes de escribir se cuestiona cómo ha llegado ella a verse en su situación.

La sencillez presente en contenido y forma, se corresponde con las constantes del director en sus trabajos: preguntas existenciales, celos y alcohol, narrados con un tempo pausado y largas puestas en escena que ponen énfasis en las interpretaciones y construyen una muy profunda sensación de realidad. Los cortes están reducidos a su mínima expresión: cada escena completa se resuelve en un único tiro de cámara y los cambios de plano se consiguen mediante barridos, paneos, coreografías y zooms bruscos, sin modificar nunca la posición en que se sitúa al público en cada escena. Esta interesante y peculiar propuesta, parece alejar al espectador de identificarse con la protagonista, invitándolo a reflexionar acerca de los tres diferentes puntos de vista plasmados en el film, para que así cada espectador realice sus particulares posicionamiento y lectura de las situaciones, relaciones y conflictos representados, según sus propias circunstancias.

Luis N. Sanguinet